MAASAI

Los MAASAI o masái son un pueblo de pastores nómadas que viven en las llanuras del sudeste de Kenia y el nordeste de Tanzania. Hablan maa, pero muchos de ellos son capaces de expresarse correctamente en swahili e inglés. La mayoría mantienen su religión tradicional, aunque algunos han adoptado alguna forma de cristianismo.

Su vida y cultura tradicionales giran en torno al ganado vacuno, ya que consideran a las vacas como seres sagrados. El ganado provee de todas las necesidades a los masáis: leche, sangre y carne para su dieta y cuero y pieles para su ropa. También cazan ocasionalmente y recolectan algunas especies vegetales autóctonas, pero por lo general no se dedican a la agricultura. Viven en los “bomas”, círculos de chozas hechas con ramitas y ladrillos preparados a base de excrementos de animales, paja y barro a fin de impermeabilizarlos y darles resistencia.

Su vida cultural está llena de celebraciones. Durante los matrimonios, que son polígamos y a menudo con grandes diferencias de edad (ancianos de 70 años con niñas de 12, a cambio de una dote de 2 o 3 vacas o algunas docenas de cabras) se realiza una ceremonia en la que a menudo se practica la circuncisión, frecuentemente con el mismo cuchillo, lo que propicia la transmisión de enfermedades infecciosas. Su jerarquía en los grupos de edad consta de infancia, guerrero menor, guerrero mayor, adulto menor y adulto mayor. Tras la circuncisión los chicos se convierten en hombre y guerreros menores. Los guerreros están obligados portar su arma allá donde vayan, un cayado, garrote o espada. Su sistema político se basa en reuniones de ancianos y discusiones públicas para decidir sobre los asuntos más generales.

Tanto los hombres como las mujeres lucen vistosas dilataciones en las orejas de hasta un palmo de longitud en la parte inferior del pabellón auricular, y del diámetro de una moneda pequeña en la parte superior, que acostumbran a adornar con maderas y cuentas de colores. Acostumbran a vestir una tela anudada sobre los hombros de vivos colores, generalmente rojas. Coleccionan un gran número de danzas rituales y cánticos, que efectúan frente a los turistas a cambio de dinero u otros beneficios económicos. Por lo general, no se dejan fotografiar salvo que se les otorgue un pequeño pago como compensación.